Un mes desde que el rugby perdió su inocencia

Hoy se cumple un mes de aquel lluvioso día en Bruselas en el que, en una infame jornada, el rugby perdió su inocencia. Han pasado treinta y un días y los frentes abiertos, derivados la mayoría de aquel partido, se multiplican con más preguntas que respuestas. Muchos habéis pedido una aclaración o una narración de los hechos para que todo el mundo interesado llegue a entender semejante embrollo, por lo que trataré de hacerlo en esta entrada.

Hay cinco aspectos claves ahora mismo sobre las mesas de Rugby Europe y de World Rugby: el arbitraje de Vlad Iordachescu, las reacciones de los jugadores españoles al acabar el Bélgica-España, la repetición del partido, las elegibilidades y, por último, las sanciones por mala conducta de España.

Vlad, el señor de negro

Iordachescu fue, con su actuación arbitral, el protagonista de uno de los episodios más bochornosos del rugby mundial. Con su imparcialidad, reconocida incluso por World Rugby, encendió la chispa y abrió la caja de Pandora. Chulo en sus gestos e irrespetuoso con los valores que se le presuponen al rugby, como todo aquel que se siente protegido por una dudosa pandilla de matones, Vlad fue con su arbitraje interesado y prostituido el principal artífice de la violación fragrante que acabó con la inocencia del rugby.

Poco se ha sabido de él desde que la ERC le invitase a dejar un lugar de cuarto árbitro en un partido europeo en el que jugaba el Pau de Charly Malie días después del atraco. Desde entonces, se ha ocultado de la luz, aunque no lo suficiente para seguir perpetrando acciones polémicas, como la que recientemente ha saltado a las redes sociales en la que favorecería al equipo de su hermano en un partido local y que ha acabado con los dirigentes de Timisoara Saracens enojados pidiendo árbitros neutrales para las semifinales del torneo. Mientras, Rugby Europe y sus protectores callan.

Los españoles

La actuación de algunos leones al final del partido dividió a la opinión pública. Unos, entre los que me encontraba yo, pensamos entonces que no era la mejor imagen, aunque disculpándolos por la fragrante situación; otros pensaron que la reacción estaba más que justificada. Las imágenes de nuestros jugadores persiguiendo al árbitro dieron la vuelta al mundo, lo que amplió la atención mediática sobre el esperpéntico arbitraje de Vlad Iordachescu  y las conexiones con Morariu y sus derechos televisivos. Todos sabíamos que las sanciones, que vendrían impuestas por Rugby Europe -juez y parte, más que nunca-, serían ejemplares.

Ayer Rugby Europe comunicó esas sanciones, siendo a estas horas la única resolución que se ha hecho pública. Los hermanos Rouet se llevan la peor parte con sanciones de 36 semanas de inhabilitación para Guillaume y de 43 para Sébastien, mientras que Barthère, Guillaume y Belie son sancionados con 14 semanas. Todavía quedan en la mesa los recursos y la resolución final.

Repetición del partido

En los días posteriores al partido en Bruselas, la Federación Española comunicó que presentaría una queja formal ante World Rugby, saltándose a Rugby Europe a la que se le presuponía implicación directa en el tejemaneje, solicitando la repetición del partido. La ausencia de precedentes y lo delicado de la petición hizo que se guardase un silencio sepulcral hasta que saltó el tema de las inegibilidades y, con él, el comunciado de World Rugby.

En el citado comunicado, World Rugby dijo haber valorado la repetición del partido como la mejor solución al problema y siempre velando por el bien de los deportistas, seguidores y equipos. Lo malo es que esa repetición quedaba en un segundo plano por la interposición de múltiples demandas de investigación sobre alineaciones indebidas. Como es lógico, la resolución de las elegibilidades marcará la suerte y la necesidad de la repetición del partido.

Artículo 8: la elegibilidad

Lo que en un principio pudiera haber parecido un detallito con impacto limitado se convirtió en un ventilador de suciedad. A día de hoy, todas las federaciones que se jugaban el puesto Europa 1 en la clasificación al Mundial dentro del Campeonato de Europa, sin excepción, están involucradas en investigaciones sobre posibles alineaciones indebidas que, en función de su resolución, marcarán su destino de una u otra forma. Esta resolución la lleva World Rugby, y de su comité independiente saldrá la carambola.

Alemania fue la primera en presentar un recurso contra Bélgica por la alineación de Victor Paquet en el partido que enfrentó en la vuelta del campeonato a ambas selecciones. En concreto, el hecho por el que se le investiga es por no cumplir el apartado 8.1 (b), dado que el familiar más cercano sería su bisabuelo, y no su abuelo que es el máximo de consanguineidad que autoriza World Rugby. Si el fallo es contrario a los intereses belgas, lo más seguro es que ese partido se le dé por perdido, por lo que Alemania pasaría, en esa hipótesis, a salvarse de jugar el partido de descenso del Europeo contra Portugal.  Si a Bélgica se le descalificase de todo el torneo, podrían descontarse los puntos de sus partidos o bien anular todos los partidos; en ambas situaciones, Bélgica tendría que jugar la promoción. Como última opción, podría haber un descenso administrativo de categoría.

Tras esta, llegó la denuncia por parte de Rusia sobre Sione Faka’osilea, jugador rumano de origen tongano cuya alineación podría haber quebrado, entre otros, el apartado 8.2, ya que jugó con la selección aboluta de sevens de Tonga siete partidos oficiales en las series de 2013-2014 en Gold Coast. Si el fallo es contrario a los intereses rumanos, lo más lógico, y con el reciente caso de la desclasificación de Tahití, es que se descalificase a la selección de Rumanía y se le apartase del Mundial, ya que Faka’osilea ha jugado nueve de los diez partidos clasificatorios. No obstante, siempre quedarían las mismas posibilidades de anulación de resultados o de suspensión de puntos, aunque de nada serviría a los robles ya que, en todos los casos, estarían fuera del Mundial.

Con  la veda abierta, y a la desesperada, Rumanía solicitó un investigación para aclarar la situación de Anton Rudoy, jugador que ya había jugado con la absoluta de Kazajistán y que jugó varios partidos con Rusia en el Europeo. Sin embargo, la posible infracción del apartado 8.2 quedaría sin efecto por la excepción recogida en el apartado 8.7, la denominada «vía olímpica», un complejo proceso que permitiría jugar a Rudoy con Rusia sin ningún problema.

Para acabar de enredar todo más, se presentaron varias solicitudes para investigar hasta cinco jugadores de España. Las alineaciones de Custoja, Civil, Fuster, Belie y Visensang son investigadas por posible infracción del 8.1 y/o del 8.3 (a), es decir, por no cumplir los requisitos para ser seleccionables por España o bien por haber jugado ya con una seleccion absoluta que no es la española. La presentación de la documentación correspondiente por parte de la Federación Española parece liberar a Visensang y casi con total seguridad a Civil y Custoja. Sin embargo el problema viene con Fuster y Belie.

Haber jugado con la sub-20 de Francia no sería un problema a primera vista, pero la designación durante algunos años de este equipo como la segunda selección absoluta «oficial» enreda el asunto. El problema viene con la lectura del 8.3 (a) en el que se estipula que si un jugador participa con un equipo absoluto «oficial», como lo fue la sub-20 francesa en 2008 o en 2012,  en un partido oficial contra otro representante oficial, este no podría jugar ya con ninguna otra selección. Es decir: Custoja, que jugó con un equipo representante senior francés en 2012 pero solo contra equipos no representantes (ni Italia sub-20 ni Irlanda sub-20 lo fueron en aquel año) no tendría problemas para jugar con España. Sin embargo, Belie y Fuster jugaron contra Gales sub-20, por entonces equipo representativo (en 2008, Gales designó su sub-20 como senior representativo), por lo que podrían infringir el artículo 8.3 (2). No obstante, en el anexo a la reglamentación, el concreto 6.c., se habla de que la federación correspondiente debe avisar al jugador de que éste queda capturado cuando juega con una sub-20 designada equipo representativo senior. Si no se demuestra que Fuster y Belie fueron avisados por la FFR, podrían salvarse y es, sin duda, uno de los argumentos más fuertes que estaría usando la FER en su defensa. En caso de que se existiera un fallo contrario a España, las opciones de sanción serían las mismas que las de Rumanía.

Con este panorama, nada fácil de entender, y sintetizando mucho, el cuadro europeo de clasificación al Mundial quedaría, en función de las distintas posibilidades, así:

  1. Con la exclusión de Bélgica, España y Rumanía, Rusia sería Europa 1 y Alemania, como Europa 2, jugaría contra Portugal para acceder a la repesca con Samoa por una plaza directa.
  2. Con la exclusión de Rumanía y Bélgica, España sería Europa 1 y Rusia jugaría contra Portugal como Europa 2 y la repetición del Bélgica-España no sería posible.
  3. Con la anulación de resultados de los partidos de Rumanía, Bélgica y España con jugadores implicados, Rusia sería Europa 1 y Alemania sería Europa 2.
  4. Con la anulación de resultados de los partidos de Rumanía y Bélgica con jugadores implicados, Rusia sería Europa 1 y España sería Europa 2 y se podría repetir el partido contra Bélgica, aunque sin consecuencias.
  5. Si se dieran por ganadores a los equipos oponentes de España, Rumanía y Bélgica en cada partido con jugadores implicados, Rusia sería Europa 1 y Bélgica, Europa 2.
  6. Si se dieran por ganadores a los equipos oponentes de Rumanía y Bélgica en cada partido con jugadores implicados, España sería Europa 1 y Rusia, Europa 2, inependientemente del partido de Bélgica.
  7. Si no se tomase ningún tipo de acción, Rumanía seguiría clasificada para el Mundial como Europa 1 y España jugaría la repesca como Europa 2.
  8. Si no se tomase ningún tipo de acción sobre elegibilidades, pero se repitiese el Bélgica-España, Rumanía solo sería Europa 1 si España no ganase a Bélgica en la repetición. Si España ganase, sería Europa 1 y dejaría Europa 2 para Rumanía.

Es muy complicado y hay mil variables, por lo que si he incurrido en algún error siempre podéis dirigiros a mí para subsanarlo.

La mala conducta

Por último, la sorpresa del comunicado de ayer de Rugby Europe no fue la comunicación de las sanciones, sino el aplazamiento de la resolución de la investigación por «mala conducta» de la Federación Española. Intentando entender este punto, Rugby Europe parece que estaría actuando de oficio para resolver la infracción del apartado 1.5 del Código de Conducta, que se refiere a que ninguna Federación o jugador publicará o valorará públicamente ninguna actuación arbitral. Podría ser el as en la manga para la revancha final de Rugby Europe.

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