Nuevo orden

España ha vuelto a ganar a Rumanía (21-18). Un titular simple y directo pero con un significado que va mucho más allá de la mera victoria, la segunda consecutiva contra los rumanos y la tercera en siete años. Hoy sobre el Central se dirimían muchas más cosas que lo meramente deportivo, ya que de alguna manera había cierto revoltijo de sentimientos. Sin embargo, hubo desde el principio un mensaje claro: si se ganaba a Rumanía, se le pasaba en la clasificación mundial por primera vez en la historia. Dado que estamos en la primera vuelta del Campeonato de Europa, podría tratarse de una recompensa menor, algo así como conformarse con lo que toca, que es ganar. Sin embargo, el torneo de este año da pie a analizarlo desde otros puntos de mira. La victoria de hoy de los Leones sobre los rumanos pone sobre la mesa varios aspectos, pero destacan dos por encima de todos.

El primero de ellos es que España está saliendo mejor parada, por lo menos en lo deportivo, de lo que podría pensarse hace un año. La progresión o mantenimiento al que nos ha acostumbrado Santos en los últimos tiempos parece no haberse mermado, a pesar de las circunstancias que ya conocemos. Es cierto que hoy el equipo ha salido adormecido, como tras un letargo de un año, bastante diferente del ímpetu que viene demostrando en cada partido desde el primer minuto. El parcial de 0-13 ha venido producido por fallos de concentración, errores de juego a la mano y el que parece que es el gran problema este año: las melés. También pululaba cierto ambiente de experimentación, muestra de ello una bisagra de medios Munilla-Rubio con resultados bastante mejorables. Tampoco ha ayudado mucho Linklater en su regreso, muy flojo para lo que nos tiene acostumbrados. Y, sin embargo, España ha sabido darle la vuelta a la tortilla. De nuevo, como ya ocurriera contra Rusia, el XV del León ha remontado una situación adversa que, hasta no hace mucho, nadie habría siquiera pensado en que pudiera revertirse. La disciplina en la segunda parte y la enorme mejora en las fases del juego sobre las que el equipo tiene más control, como los mauls o los saques de banda, comenzaron a dar sus frutos: un segundo y un tercer ensayo que ponían tierra de por medio, suficiente para que el error defensivo aprovechado por los Robles para colocar el definitivo 21-18 no fuera letal.

El segundo punto de análisis es que parece existir una inversión en las trayectorias, llamémoslas, tradicionales en el panorama de la otra Europa. Rumanía viene acuciando varios años de vaivén en lo deportivo, y la decisión de World Rugby del año pasado pudo haber provocado una herida de la que puede ser difícil recuperarse. El Campeonato de Europa que Rumanía consiguió hace dos años, más por dejadez georgiana que por otra cosa, fue una muesca incluso engañosa. El hecho es que mañana, cuando se actualicen las clasificaciones mundiales, España subirá al puesto 19 de la misma y Rumanía descenderá dos puestos, hasta el 20, ilustrando el momento actual de esa Europa oval que sobrevive a duras penas frente a los envites de las instituciones. Georgia está ya para otras cosas, pero el detalle de que, por primera vez en la historia, tanto España como Rusia (será 18) estén por encima de Rumanía es algo cuanto menos sintomático. Sin embargo, desde las esferas políticas se está negando, se nos está negando, la realidad que refleja la clasificación mundial.

El próximo domingo se jugará un España-Bélgica (Central de Madrid, 12:45). El XV del León no debería fallar en ninguno de los dos partidos que le quedan por delante (cerrará en Alemania) si, de verdad, estamos convencidos de que las tendencias son así. Para ello volverán caras conocidas y necesarias, como los hermanos Rouet. Más allá del bochorno de hace poco más de un año, del que el hooligan Petrache -por cierto, muy activo vociferando como un ultra hoy desde la grada del Central- estuvo tan orgulloso, el encuentro es un partido-trampa en el que no hay que confiarse. No hay que bajar la guardia ni ceder un solo error, porque solo así podemos seguir marcando nuestro camino sin tener que mirar nunca más a nuestros fantasmas del pasado.

2 comentarios en “Nuevo orden

Deja un comentario